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Mi hijo siempre está enfadado ¿qué hago?

El enfado es una emoción que todas las personas sentimos en algún momento de nuestras vidas, pero ¿qué pasa cuando se pierde su control? El enfado se suele manifestar o expresar de forma agresiva, dando respuesta a una situación por la que el niño se pueda sentir amenazado o perjudicado, pues en el momento en que se pierde su control esto no resulta sano ni seguro para los niños.

Si los niños no pueden controlar sus emociones, en especial el enfado, es posible que esto pueda influir y afectar a problemas familiares, problemas con sus compañeros y amigos, problemas en el rendimiento escolar, etcétera. Además, también puede repercutir en el estado de salud de los niños, ya que normalmente el enfado se ve acompañado de un aumento en la frecuencia cardíaca, en la presión arterial, entre otros.

Otro aspecto muy importante a tener en cuenta cuando se da una falta de control del enfado y, por lo tanto, de la agresividad con la que se puede llegar a responder a distintas situaciones, es el hecho de que puede generar problemas con la justicia;y la ley, daños físicos y consecuencias emocionales.

Por estas razones, resulta muy importante enseñar a los hijos cómo pueden controlar su enojo de forma saludable y adecuada. Para ello, se recomienda empezar a educar a los niños en este camino desde pequeños.

A continuación, te proponemos una serie de recomendaciones sobre qué puedes hacer para educar a tus hijos susceptibles de enfadarse con frecuencia.

Demostrar que se valoran sus cualidades y su forma de ser.

  • Evitar juzgar, corregir o criticar continuamente lo que el niño hace mal.
  • Ser constructivo, es decir, realizar críticas constructivas, reconociendo primero lo que hace bien.
  • Reforzarlo y felicitarlo cuando hace bien las cosas. No hace falta que se premie con objetos materiales, mostrar aprobación, afecto y orgullo puede resultar suficiente.
  • Empatía. Ayudarlo a desarrollar su capacidad empática. Se puede reforzar su empatía con preguntas como: ¿cómo crees que se siente tu hermana cuando le rompes sus juguetes? ¿cómo te sentirías si te lo hicieran a ti? Es decir, se puede trabajar hablando de otras personas y de él mismo.
  • Validar los sentimientos, pero no las conductas problemáticas. Transmitirles la idea de que todos los sentimientos son aceptables, pero no lo son todos los comportamientos. Es decir, experimentar sentimientos determinados no implica que sea correcto actuar de forma violenta o inapropiada.
  • Reflexión. Promover que el niño aprenda de todas las situaciones en las que se enfada, por eso es importante el refuerzo y la felicitación. Del mismo modo que cuando el niño no actúa de modo correcto, también se le debe remarcar, ya que se le debe mostrar como una oportunidad de aprendizaje.
  • Marcarle algunas pautas. Por ejemplo, decirle al niño que cuando reconozca que ha actuado incorrectamente lo anote en un papel y busque soluciones para actuar de una forma más adaptativa cuando se encuentre en una situación similar.
  • Desarrollar hábitos para controlar el estrés efectivamente. Aprender a controlar el estrés puede ayudar a los niños a evitar actuar violentamente.

Fuente: FAROS-Hospital Sant Joan de Déu Barcelona. (s.f.). El enfado: cómo ayudar a los niños a manejar esta compleja emoción.

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