El buen ejemplo arrastra
Seguramente recuerdas alguna situación en la que te pidieron hacer algo correcto y esa persona hizo lo contrario. Esto nos ha pasado a todos con algún familiar cercano como nuestros padres, hermanos o con amigos.
Esa sensación de que “no se la crees” te hace sentir decepcionado y pierde credibilidad contigo.
Por esta razón “una acción vale más que mil palabras”. Una persona que predica con el ejemplo es mucho más confiable que otra que solo lo dice, pero actúa de manera contraria. En específico esta es una parte importante en el desarrollo de nuestros hijos ya sea que estén en la infancia y aún más importante en la adolescencia en donde busca su identidad y a una persona como ejemplo a seguir.
Para predicar con el ejemplo debemos ser conscientes que nuestras acciones deben ser correctas en todo momento, sin importar si alguien nos observa o no. Te dejamos 5 casos en los que puedes practicar el buen ejemplo con tus hijos:
- Cumplir las normas: En el semáforo esperar hasta que se ponga la luz verde sin importar que no haya tránsito. Esto les enseñará a respetar las normas que existen.
- Respetar a los demás sin importar su profesión u oficio: le enseñará el valor que tenemos todos como personas. Por ejemplo, al agradecer por un servicio que nos dan como limpieza o un corte de cabello.
- Salir a trabajar: le enseñarás el valor del esfuerzo y que todas las buenas cosas toman un tiempo.
- Reconocer tus equivocaciones y pedir perdón: si quedaste de ir con tu hijo algún lugar o comprarle algo y no pudiste cumplirlo, al aceptar que te equivocaste le estarás enseñando el valor de la responsabilidad y humildad.
- 5. El más importante, porque es parte fundamental de su educación. El buen ejemplo facilitará que tu hijo sea una mejor persona y ver tus acciones definirá su comportamiento.
Dar el buen ejemplo a nuestros hijos es una tarea de todos los días. Así que ya lo sabes, las palabras convencen, pero el ejemplo arrastra.