Espiritualidad en Familia
La familia tiene un rol sumamente importante en la sociedad y es irremplazable en la formación de las personas. Desde el principio Dios bendijo al hombre y a la mujer diciéndoles: “multiplíquense y sean fecundos” (Gn 1, 28). Mamá y papá son cocreadores y hacen visible el amor de Dios. Papás e hijos forman una comunión de amor y este círculo y fuente de amor es imagen y semejanza de la Santísima Trinidad.
La familia cristiana tiene la tarea de evangelizarse y evangelizar a otros y por eso, la familia puede ser llamada Iglesia doméstica. La familia está llamada a ser misionera con su testimonio y a orar para conservar la paz y la unidad. Concretamente, la labor educativa en la fe debe de apuntar a lo siguiente:
- Acercarse a los sacramentos: las gracias recibidas a través de la experiencia de Dios en forma sacramental, concede a las familias superar adversidades teniendo fe.
- Meditar la Palabra de Dios: conocer, seguir y compartir el Evangelio con los demás para sembrar la esperanza en la sociedad actual.
- Ser testimonio: vivir los valores cristianos como el amor, paz, fraternidad y perdón hace que las familias vivan con caridad.
Consejo: Busca hacer comunidad con otras familias para que se acompañen y asistan en la transmisión de la fe. También, puedes apoyarte en la variedad de recursos que permiten adaptar la formación a las distintas etapas de vida y siempre recurre a la verdad a través de las fuentes de la Revelación: Tradición, Magisterio y Escrituras.