Perdonar es un regalo
Todos hemos pasado por alguna situación difícil en la cual algún amigo o familiar nos ofendió y nos hizo sentir mal, tal vez decepcionado, confundido, pero sobre todo molesto y esto nos lleva a guardar rencor por esa ofensa. Es curioso porque ese enojo viene del amor que sentimos por esa persona, porque nos importa y nos falló.
Imagina un caso en tu familia, una situación en la que alguien te ofendió y guardas esa molestia por mucho tiempo, sin darte cuenta te va desgastando poco a poco, por ejemplo, una pelea entre hermanos, con tus padres, con tus hijos con algún amigo con el que antes tenías una buena relación y ahora inclusive han dejado de hablarse. ¿Cómo la resolverías? Seguramente pensaste que esa persona debe acercarse y pedirte perdón, porque ella fue la culpable.
Por eso hay que trabajar el perdón, primero con uno mismo y luego con los demás.
Perdonarse a uno mismo significa:
- Superar la ofensa: ya no te afectará en tus pensamientos, en tu manera de ser y actuar.
- Seguir avanzando: tal vez la relación con esa persona no sea igual o inclusive se distancien, pero el perdón es posible.
- Entender que es un proceso necesario: no es inmediato y hay que trabajarlo, no se trata solo de tiempo, también de reflexión
- Que no implica olvidar lo ocurrido: significa liberar, dejar ir desde el ámbito individual y personal sin implicar a más personas
- Saber qué necesitamos perdonar: analizar realmente que debemos perdonarnos y perdonar a los demás, para que lo haremos y que lograremos con eso (más tranquilidad, reconciliación, menos estrés, retomar una relación)
¿Y qué pasa si el que ofendió fui yo? ¿Cómo me gustaría ser perdonado?, seguramente me gustaría que fuera lo más rápido posible. Analiza estos mismos puntos, pero con otro punto de vista:
- Superar la ofensa: que tanto afecté a esa persona con mis acciones
- Seguir avanzando: realmente he crecido y cambiado o cometo la misma falta una y otra vez
- Entender que es un proceso necesario: le doy su espacio a las personas que ofendí o las presiono para resolverlo.
- Que no implica olvidar lo ocurrido: estoy consciente de que hice algo y que tendré que vivir con las consecuencias a pesar de que me perdonen.
- Saber qué necesitamos perdonar: porqué pido perdón, realmente estoy arrepentido (más tranquilidad, reconciliación, menos estrés, retomar una relación)
Por eso el perdón es un regalo, ya sea para uno mismo o para los demás. Es liberador, habla de compasión, es un acto de amor, de humildad en el que cualquier persona reflexiona y reconoce, deja atrás el rencor y el dolor.